El falso sainete de este mezquino mundo,
dónde la verdad es mentira,
y la mentira
la razón.
¿Qué es del corazón si la razón manda?
El alma ya no es nada,
y la nada,
el olvido.
Pero si el olvido se vuelve a recordar,
ya no queda más que lo vivido,
y arrepentido
me dejo llevar.
Me dejo llevar como el aroma sobre el viento,
y es que no miento si te quiero,
aunque no sepa amar.
Qué más da todo,
si vuelvo y me mato otra vez,
si te busco sabiendo
que tú no me volveras a querer.